Author: Nata♥
•7:17 a. m.
EL CAMINO DE LOS MALOS.
Salmo 37.
1 No te impacientes a causa de los malignos,

Ni tengas envidia de los que hacen iniquidad.
2 Porque como hierba serán pronto cortados,
Y como la hierba verde se secarán.

3 Confía en Jehová, y haz el bien;
Y habitarás en la tierra, y te apacentarás de la verdad.
4 Deléitate asimismo en Jehová,
Y él te concederá las peticiones de tu corazón.

5 Encomienda a Jehová tu camino,
Y confía en él; y él hará.
6 Exhibirá tu justicia como la luz,
Y tu derecho como el mediodía.

7 Guarda silencio ante Jehová, y espera en él.
No te alteres con motivo del que prospera en su camino,
Por el hombre que hace maldades.

8 Deja la ira, y desecha el enojo;
No te excites en manera alguna a hacer lo malo.
9 Porque los malignos serán destruidos,
Pero los que esperan en Jehová, ellos heredarán la tierra.

10 Pues de aquí a poco no existirá el malo;
Observarás su lugar, y no estará allí.
11 Pero los mansos heredarán la tierra,
Y se recrearán con abundancia de paz.
12 Maquina el impío contra el justo,
Y cruje contra él sus dientes;
13 El Señor se reirá de él;
Porque ve que viene su día.

14 Los impíos desenvainan espada y entesan su arco,
Para derribar al pobre y al menesteroso,
Para matar a los de recto proceder.
15 Su espada entrará en su mismo corazón,
Y su arco será quebrado.

16 Mejor es lo poco del justo,
Que las riquezas de muchos pecadores.
17 Porque los brazos de los impíos serán quebrados;
Mas el que sostiene a los justos es Jehová.

18 Conoce Jehová los días de los perfectos,
Y la heredad de ellos será para siempre.
19 No serán avergonzados en el mal tiempo,
Y en los días de hambre serán saciados.

20 Mas los impíos perecerán,
Y los enemigos de Jehová como la grasa de los carneros
Serán consumidos; se disiparán como el humo.

21 El impío toma prestado, y no paga;
Mas el justo tiene misericordia, y da.
22 Porque los benditos de él heredarán la tierra;
Y los malditos de él serán destruidos.

23 Por Jehová son ordenados los pasos del hombre,
Y él aprueba su camino.
24 Cuando el hombre cayere, no quedará postrado,
Porque Jehová sostiene su mano.

25 Joven fui, y he envejecido,
Y no he visto justo desamparado,
Ni su descendencia que mendigue pan.
26 En todo tiempo tiene misericordia, y presta;
Y su descendencia es para bendición.

27 Apártate del mal, y haz el bien,
Y vivirás para siempre.
28 Porque Jehová ama la rectitud,
Y no desampara a sus santos.
Para siempre serán guardados;
Mas la descendencia de los impíos será destruida.
29 Los justos heredarán la tierra,
Y vivirán para siempre sobre ella.

30 La boca del justo habla sabiduría,
Y su lengua habla justicia.
31 La ley de su Dios está en su corazón;
Por tanto, sus pies no resbalarán.

32 Acecha el impío al justo,
Y procura matarlo.
33 Jehová no lo dejará en sus manos,
Ni lo condenará cuando le juzgaren.

34 Espera en Jehová, y guarda su camino,
Y él te exaltará para heredar la tierra;
Cuando sean destruidos los pecadores, lo verás.

35 Vi yo al impío sumamente enaltecido,
Y que se extendía como laurel verde.
36 Pero él pasó, y he aquí ya no estaba;
Lo busqué, y no fue hallado.

37 Considera al íntegro, y mira al justo;
Porque hay un final dichoso para el hombre de paz.
38 Mas los transgresores serán todos a una destruidos;
La posteridad de los impíos será extinguida.

39 Pero la salvación de los justos es de Jehová,
Y él es su fortaleza en el tiempo de la angustia.
40 Jehová los ayudará y los librará;
Los libertará de los impíos, y los salvará,
Por cuanto en él esperaron.

Gracias por Tu Presencia, por ese Maravilloso regalo como lo es tenerte. Quiero envolverme en tu amor.

Escuchando: Mas que un concepto-Jesús Adrián Romero.
"Como mi respirar quiero sentirte cerca, quiero que seas tan real como la luna llena."
Author: Nata♥
•7:07 p. m.
"Caballo de Cuero ha vivido en el cuarto de los niños más que nadie. Era tan viejo que le faltaba el pelo marrón en algunas partes dejando al descubierto los surcos de la piel y casi todos los pelos de la cola le han sido arrancados para ensartar cuentas para collares. Era sabio. Había visto pasar una larga sucesión de juguetes mecánicos haciendo una ostentosa gala de su presencia pero a la larga se les rompía el mecanismo y dejaban de ser; él sabía que eran sólo muñecos y que nunca se transformarían en otra cosa. En un cuarto infantil la magia es extraña y maravillosa y sólo aquellos juguetes que son viejos, sabios y tienen experiencia como Caballo de Cuero comprenden esto...."

-¿qué es real?-pregunta Conejo un día en que se encontraban tendidos uno al lado del otro, antes que Nana viniese a ordenar el cuarto-.¿quiere decir que hay que tener cosas adentro que suenen como chicharras y te hagan andar?.
-Lo real no es de qué estés hecho -Le dijo Caballo de Cuero-sino lo que te pasa. Cuando un niño te quiere por mucho, mucho tiempo,no sólo por jugar contigo, sino que realmente te quiere, entonces, te transformas en algo real.-¿Duele?-le preguntó conejo.
-A veces-Contestó Caballo de Cuero, ya que le gustaba decir la verdad-.Cuando eres Real no te importa que te lastimen.
-Pasa de golpe, como una sola herida o un poquito cada vez-le preguntó. -No pasa de golpe - Le dijo Caballo de cuero-. Lleva mucho tiempo. Es por eso que no le sucede con frecuencia a quienes se rompen fácilmente o tienen bordes filosos o hay que manipularlos con cuidado. Generalmente cuando llegas a ser real, casi todo tu cabello se ha caído, se te han salido los ojos y tienes las coyunturas flojas y temblorosas. Pero estas cosas no tienen ninguna importancia porque cuando eres real no puedes ser feo, excepto para la gente que no comprende.
-Supongo que tú eres real-dijo Conejo.
Deseó no haberlo dicho pensando que Caballo de Cuero podía ser sensible. Pero Caballo de Cuero se rió solamente.-El tío del chico me hizo real-le dijo-. Eso fue hace muchos años; pero una vez que eres real no puedes volver a ser irreal nunca más. Te dura para siempre.

en Cristo te haces real porque eres amado y aceptado incondicionalmente. ¡Una vez que llegas a ser real nunca más quieres volver a ser irreal!

Tomado de: NEIL T. ANDERSON; Pureza bajo presión. Capítulo dos, págs 25-26.